
La agricultura ecológica, también conocida como orgánica o biológica, contribuye a incrementar la biodiversidad. Así lo han constatado diversos estudios, como el publicado en 2005 en el Journal of Applied Ecology. Sus responsables cuantificaron un 30% más de especies en los terrenos cultivados al estilo ecológico que en las fincas convencionales. Estos datos resultan coherentes cuando se observan los métodos utilizados por unos y otros. En la agricultura industrial, se tiende a las grandes extensiones de monocultivos y el uso intensivo de pesticidas y fertilizantes químicos, al contrario que en los cultivos ecológicos.